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Este dolor no es mío
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Temps de lectura 3 min

Este dolor no es mío. Mark Wolynn

Mark Wolynn és el fundador i director de l’Institut de Constel·lacions Familiars de San Francisco a Califòrnia. La seva recerca és primer personal i després científica. 

Igual que heretem la predisposició genètica, els color dels ulls o altres trets físics identificables, també podem reviure l’ansietat de la mare, repetir les decepcions del pare i replicar les relacions fallides dels avis. És igual si hem tingut contacte o no amb els familiars, el seu impacte perdura a la pròpia vida i fins que no l’explorem ens condiciona. El llibre també ens ensenya un mètode per submergir-nos al nostre interior i afrontar el propi trauma.

 En aquest llibre trobem frases tan reveladores com aquestes:

“El dolor no siempre se disuelve solo ni se reduce con el tiempo. Aunque la persona que sufrió el trauma primitivo haya muerto, aunque su historia haya quedado sumergida en años de silencio, pueden perdurar fragmentos de las vivencias, de los recuerdos y de las sensaciones corporales, como si quisieran prolongar su existencia desde el pasado hasta resolverse en las mentes y en los cuerpos de los que vivimos en el presente”.

“Paradójicamente, después de haber buscado soluciones en los rincones más remotos del planeta, había descubierto que los mayores recursos para la curación los llevaba ya dentro de mí mismo y solo tenía que extraerlos”.

“Los traumas no duermen, ni siquiera con la muerte; antes bien, siguen buscando terreno fértil para su resolución en las criaturas de las generaciones siguientes”.

“Las experiencias no expresadas con palabras que residen en nuestro inconsciente nos rodean por todas partes. Aparecen en nuestro lenguaje peculiar. Se manifiestan en nuestros síntomas crónicos y en nuestras conductas inexplicables. Salen a relucir en las luchas repetitivas que afrontamos en nuestra vida cotidiana. Estas experiencias no expresadas con palabras constituyen la base de nuestro lenguaje nuclear. Cuando nuestro inconsciente echa la puerta abajo para hacerse oír, lo que oímos es lenguaje nuclear. Las palabras con carga emocional de nuestro lenguaje nuclear son claves de los recuerdos no declarativos que residen en nuestro cuerpo y en el «cuerpo» de nuestro sistema familiar. Son como piedras preciosas que, enterradas en nuestro inconsciente, esperan que las descubramos y las extraigamos. Si no las reconocemos como lo que son, como mensajeras, pasaremos por alto unas pistas importantes que podrían ayudarnos a desentrañar el misterio que se encierra detrás de nuestras luchas. Cuando las extraemos, damos un paso esencial hacia la curación de nuestro trauma”.

“Nuestra historia está esperando a que la descubramos. Tenemos dentro, ahora mismo, todo lo que necesitamos para hacer el viaje: las palabras, el lenguaje, el mapa”.

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